El papel de todo buen actor, es interpretar cualquier tipo
de papeles que se le presente. En una película puede salir sonriendo como un
pasmarote, que en la siguiente será el más bravo de los guerreros. En una puede
ser la más introvertida de las personas y a la siguiente puede ser un ladrón de
poca monta. Así debe ser el buen artista, el buen actor dramático. No obstante,
esto siempre se queda a nivel teórico, como la mayoría de los “tratados no
escritos”. Las escenas de terror deberían ir siempre acompañadas de música que
dé ambiente, pero en ocasiones se insertan melodías infantiles para producir un
efecto aterrador. Tras un gran plano general, resulta discordante introducir un
plano detalle. Meros ejemplos de como la pragmática supera con creces a la
teoría en momentos puntuales. Las personas no van a ser la excepción de la
regla.
Nadie cuestiona la calidad de Johny Deep como actor, al
igual que todos los críticos saben que su papel siempre suele adaptarse con
corrección plena, cuando se tratan de personajes excéntricos, alocados. Ésos, o
lo que es lo mismo: cualquier papel que su padrino Tim Burton le otorgue. En
alguna ocasión en la que le hemos visto en algún papel como dramaturgo, no ha
convencido. No lo ha hecho mal, pero no ha resultado tan creíble como
profesionales más polifacéticos. Leonardo DiCaprio no sería un mal ejemplo de
uno de los actores más prolíficos que hay. Ha pasado de bohemio galán en la
conocida Titanic, para dar paso a uno
de los mayores timadores de la Historia en Atrápame si puedes. A pesar de todo, hay un
actor aún más extremista en cuanto a sus personajes a recrear. Una persona que
pasa de ser el más loco de los asesinos, para dar paso a un cineasta con
problemas de memoria. Con esa descripción, únicamente Jim Carrey podría
adaptarse a tales compromisos.
El actor canadiense. |
Quiso el destino que su vida fuera
tan extravagante como su personalidad sería. Acomodado y de familia adinerada,
su padre perdió su puesto de trabajo y cayeron en la pobreza, llegando a vivir
toda su familia en una caravana durante cierto tiempo. El pequeño niño apuntaba
ya maneras cuando de pequeño, en el colegio, le permitían actuar en los últimos
minutos de clase si se portaba bien. Una mezcla entre su hacer y su deseo de
salir de la pobreza, le llevaría a este actor en potencia a alcanzar,
lentamente y tras varios estrenos de películas para televisión, a la gran
pantalla.
Carrey comenzaba a acercarse al género de la comedia con tres de sus películas iniciales, de las cuales cabe destacar el
vertiginoso ritmo de Stanley Ipkiss (protagonista de La Máscara). Nadie podía pararle los pies. Nadie era capaz de
detenerle.
Pero en un momento de la cómica vida del actor, le llegó el turno de
cambiar de rol. Cuatro años más tarde de su estreno en un largometraje de relevancia, en 1998, llegaba su oportunidad perfecta para cambiar de registro y abarcar
nuevos horizontes antaño abandonados. Comenzó la grabación de El show de Truman. Probablemente cuando
le ofrecieron el papel no se esperaría el éxito que este filme le repercutiría.
La crítica de medio mundo alabó las virtudes de la cinta. Una idea desarrollada
con un cariño, una mesura y un espíritu de crítica desmesurados. Su interpretación
pasaría a ser la de Truman Burbank, un bonachón pueblerino que desarrolla una
vida tranquila y con toda normalidad. No obstante, poco a poco irá observando
movimientos extraños a su alrededor, hasta que llega a comprender que no todo
es tan claro como él creía. Una muy dura crítica al sistema capitalista en
general, pero aún más incisivo es el corte en el inventario de la televisión.
No es tan hiriente el mensaje que subyace en cuanto a la manera por la cual se
muestra, sutil y amable donde las haya. Más bien toma el camino del pensamiento
libre, del análisis personal del espectador. Está en él cuestionar la
psicología de los personajes, si las motivaciones que les mueven eran válidas o
no, así como invitarle a tener en cuenta las cosas que es capaz el ser humano
de hacer por un poco de gloria, de éxito: hacer de la vida de un ser humano una
falacia total. Pero no sólo el argumento de la película es magistral, la
actuación del protagonista es igualmente sublime. Truman Burbank pasa de
saludar con alegría y en armonía, para extrañarse por aquello que le rodea, así
como llegar a mostrar en su rostro la cara de desesperación de aquel que lo ha
perdido todo, pero que espera algo nuevo mejor. Probablemente, el Carrey más
humano que se haya podido ver hasta la fecha. Siempre con el permiso de Joe, el
mejor amigo del difunto Simon Birch. Lástima que tuviera un papel tan
secundario, prácticamente a nivel de cameo. Anecdótico.
Llegados a este punto de su carrera, probablemente decidió ir alternando la emoción predilecta en el papel que debía representar. Con cierta ironía, no se haría de rogar una de sus mayores comedias, recordada por muchos por lo inverosímil de su planteamiento. Por eso y por compartir cámara con Morgan Freeman, actor de calibre donde los haya. Como Dios tomaba forma. Bruce Nolan tiene un mal día, uno de esos tantos en los que todo parece salir mal. Desastrosamente. En un arrebato colérico, provoca al mismísimo Dios, pues parece que éste no está siendo muy bueno con él. Tras un pacto la mar de peculiar, la presencia divina le otorga todos sus poderes al apadrinado de Carrey, momento desarrollado muy acertadamente sobre las aguas, simulando las andaduras de Jesucristo. A partir de ese momento, Bruce tendrá potestad para hacer cuanto desee con tan sólo pensarlo o ejecutarlo con alguna parte de su cuerpo.Dejando a un lado el predecible clímax del producto, que se puede prever en el nudo del mismo, ofrece una comedia directa, de humor fácil con mezclas de absurdo, que no destaca por su elaboración, pero que provoca irremediablemente el efecto buscado: hacer reír a su público.
Las películas singulares se siguen sucediendo, pero en este
caso se va un paso más allá. Primero, en cuanto a argumento: mucho más
retorcido que el de la anterior película citada. Con un desenlace inesperado y
desafortunado, a pesar de cerrar con un broche típico del cine americano. El
desacertado ¡Olvídate de mi! en
España, pero más que meditado Eternal sunshine of spotless mind en el país de origen, desata una serie de
emociones enfrentadas en los personajes que trascenderán la pantalla e
impregnarán al espectador. Al tratarse de un relato real, a excepción del motor
principal que mueve la película, el aparato que borra la memoria del Dr. Howard
Mierzwiak, resulta muy fácil asimilar. La gran mayoría de las personas ha
pasado por un momento de incertidumbre y presión similares. Joel, llegado un
buen día, decide faltar a su trabajo como normalmente suele hacer para acudir a
una playa que se le ha acabado de ocurrir acudir. Allí, durante el trayecto de
vuelta, logra conocer a una enigmática mujer con la que hace buenas migas. No
tardará mucho en enterarse que realmente conocía ya a esa mujer, que él mismo
decidió borrarla de su memoria por motivos ocultos… El lado más patético de Jim
Carrey sale aquí a la luz. Joel es un hombre taciturno. No triste, taciturno.
Callado, introvertido y con un aparente miedo a disfrutar de la vida, el
canadiense logra con dotes magistrales rencarnar a dicha figura. Lejos y atrás,
muy atrás, queda el actor excéntrico y alocado que la mayoría conocen. Se
inserta muy profundamente en la función que debe representar, no quedando
prácticamente ninguna falla en casi ninguna escena donde no se toma en serio a
sí mismo. Si a su espléndida puesta en escena se le suma el perfectamente
hilado argumento, más la presencia de actores y actrices como Elijah Wood y
Kirsten Dust, la cinta no podía ser más que un éxito. Nuevamente así fue: aparte
de recibir varias nominaciones a globos de oro y óscar, la prensa especializada
ha alabado abundantemente esta obra. Mención especial para la delicada pero
cegadora banda sonora, compuesta por el veterano John Brion.
No son pocos los experimentos que ha efectuado en diversos campos de la
cinematografía. Ha sido capaz de disfrazarse completamente, o de recrear a un
personaje digital para la propia Walt Disney. El primero de los casos se
corresponde al ladrón de la Navidad más famoso de la historia (norteamericana):
El Grinch. El simpático pero malévolo
personaje de verdes pelajes, fruto de una de las obras del escritor infantil
Dr. Seuss, intenta robar la Natividad… por el mero hecho de no gustarle.
Una de las más chirriantes y polémicas creaciones en las que
ha participado ha sido Te quiero, Phillip Morris. En esta ocasión, se hará pasar por un hombre casado que a partir de
su encuentro con otro, empieza a enamorarse de él, con las hilarantes
situaciones que ello supone. Ese “otro”, resulta ser nada más y nada menos que
Ewan McGregor. A lo arriesgado de esta película, hay que añadir algunas escenas
de sexo no explícito, pero aun así mostradas sin demasiado secretismo, jugaron
en su contra. La película tuvo serios problemas para ser expuesta en la propia
tierra a la que pertenece, cuanto más en el exterior. En España, a duras penas
se logró una distribuidora que aceptara la misión de volcar los rollos en algún
cine. Prácticamente ningún local acogió la proyección, haciéndolo durante poco
tiempo y con sesiones poco habitadas aquellos que probaron suerte.
No son pocos los críticos, cinéfilos en general, que
comparten la opinión de que Jim Carrey ha ido descendiendo en cuanto a su
popularidad, así como en la calidad no tanto de su trabajo, sino de los guiones
en los que ha ido participando. Con Te
quiero, Phillip Morris, las críticas más voraces se sucedieron. Aquellos
que nunca le vieron nada de especial, comenzaron a tener motivos reales para
denostar su labor.
Las opiniones especializadas en el cine no han aportado
ningún comentario relevantemente positivo al respecto de sus últimas andaduras.
¡Dí que sí! fue un largometraje
correcto pero poco sorprendente, Dick y Jane: ladrones de risa es con diferencia su comedia con menos
calidad y aceptación entre el público. Su última película, Los pingüinos del Sr.Popper, tiene carisma y resulta entrañable, pero además de haber resultado
relativamente tímida en cuanto a cifras en taquilla, le ha consagrado como
“actor infantil”. Por supuesto, una categorización que no lo posiciona en un
buen rango, al considerarse el cine para infantes de menor calidad. Su línea
“underground” en el mundo de los niños la inició con El Grinch, pero
conforme han ido avanzando los años su historial en este terreno se ha ido
engrosando. Cuento de Navidad o Una serie de catastróficas desdichas
pueden ser los dos máximos exponentes de este tipo de cine.
A la baja o escasa
calidad de los últimos filmes, unido a la participación en el cine infantil,
hay que sumarle el factor de sus constantes retiros en películas acordadas en
principio. El caso más sonado ha sido el rechazo a su papel dentro de la
secuela de Dos tontos muy tontos, una de sus viejas glorias y comedia
fresca –para su tiempo- donde las hubiera. Pero hay más ejemplos: abandonó el
rodaje de Los tres chiflados, todo señalaba que sería el protagonista de
El castor, papel que finalmente ocupó Mel Gibson.
Todos estos
factores han ocasionados que el estima, la apreciación que tuvieran antaño
tanto Hollywood como el colectivo global, haya ido menguando en los últimos
años. Si cogemos los factores anteriores y los sumamos a sus continuos bandazos
entre superproducciones y cintas no convencionales, que ha pasado factura al no
posicionársele en ninguna vertiente específica, la solución resultante es el
vacío mediático y de estima que está soportando. Pero es incluso en los peores
momentos como este, cuando hay brillos fugaces, cuando se puede comprobar que
lo realizado a lo largo de toda una línea temporal no ha resultado en vano. Uno
de los actores en mayor estimación de los últimos años, Robert Pattinson, en
una de sus más recientes declaraciones, comentaba que le encantaría trabajar
con Carrey en un mismo proyecto. No son pocos los que desean trabajar con él,
así como los que confiesan sentirse agraciados por compartir plató. Los logros
obtenidos siempre serán los mismos, aunque la actualidad no acompañe.
En cuanto a nivel
de España, siempre se le ha tratado al personaje con bastante cuidado. A
excepción de sus primeras películas, que coincidía también con un nivel de
doblaje aún no desarrollado por aquel entonces, en todas las demás, el actor de
doblaje que ha encarnado semejante semblante ha sido Luis Posada. El doblador
comentaba en una ocasión la dificultad que le suponía ponerle voz a tal
excéntrico hombre, en especial en películas como Lá Máscara, donde el
protagonista no paraba quieto el más mínimo instante.
Quizá Luis Posada tenga que dejarse el tipo a la hora de doblar al histrión por la diversidad de papeles que ha de ejecutar, más allá de la tipología de películas en la que salga. Jim Carrey ha pasado de ser un alocado y vulgar detective de mascotas, para suplantar la identidad de un militar difunto y amante del cine. Ha sido el más loco de los esquizofrénicos cegándose por el Número 23, y la doble personalidad más gamberra jamás conocida, la que más problemas le traía al bueno de Charlie en Yo, yo mismo e Irene. El más retorcido de los malvados en Unloco a domicilio, así como la personificación misma de lo más misterioso en Batman Forever. De actuar como el famoso cómico Andy Kaufman en Man on the Moon, a sobreactuar en una mentira constante como Mentiroso compulsivo que una vez llegó a ser.
Jim Carrey es algo más que gestos y exageración. Es algo más
que un cómico pasado de moda. Guste o no, es uno de esos actores dispuestos a
representar cualquier papel que haga falta, no sólo aquellos en los que mejor se
le pague o más saque a relucir sus cualidades. Por algo es el cómico mejor pagado de la historia, siendo el primero que recibe 20 millones de dólares por un trabajo. Su aciago futuro aún está por
definir con sus dos próximos estrenos: la secuela de Kick-Ass, en la que encarna al Coronel Stars, así como Loomis Fargo. A pesar de que se haya anunciado falsamente su muerte, James Eugene Carrey aún tiene un largo
sendero por recorrer.
Y recuerden:
Y recuerden:
Fuentes:
- http://es.mediamass.net/famosos/jim-carrey/rumores-muerte.html
- http://shey-restlessyo.over-blog.es/article-curiosidades-de-jim-carrey-69306452.html
-http://www.enelshow.com/famosos/2012/06/07/robert-pattinson-desea-trabajar-con-jim-carrey-y-eddie-murphy
- http://www.elseptimoarte.net/jim-carrey-abandona--los-tres-chiflados--9573.html
- Visionado de todas las películas aquí recogidas.
- http://www.jimcarrey.com/
- Tráiler de La Máscara extraído de Youtube, canal de WeHeartFilmTrailers
- Secuencia de El show de Truman extraída de Youtube, canal de lasprimas1000
- Secuencia de Como Dios extraída de Youtube, canal de kingofcontradictions
- Tráiler de Olvídate de mi extraído de Youtube, canal de 000ERAZ3R000
- Vídeo testimonio Luis Posada extraído de Youtube, canal de MrHanzo86.
- Vídeo cierre de la entrada extraído de Youtube, canal de GuyMT
- Fotografía del actor extraída de la página "Con tinta de esperanza".