sábado, 15 de diciembre de 2012

Simbiosis en el arte


No resulta ninguna sorpresa comentar que muchas, la mayoría de las creaciones fílmicas que pueblan las carteleras, no son ideas novedosas ni suponen ningún tipo de revolución. No se trata precisamente de las continuas precuelas y secuelas de las distintas películas originales cuando salieron en su época, véase las partes de Jurassic Park o la antaño incombustible En busca del Valle Encantado. Doce entregas posteriores acapararon las trastadas del pequeño Piecito. Más bien, cabe hablar de otra vertiente que va más allá de continuaciones, remakes o reboots: se trata de las adaptaciones.

El cine en no pocas ocasiones ha escogido un producto ya formado, cualquier cosa que de por sí ya contenga una narrativa, una historia que contar, y la ha modificado en mayor o menor medida para adaptar el discurso que presentaba la obra mater, traspasándola a lenguaje cinematográfico. O lo que es lo mismo: coger un guión y hacerlo película.

El mundo de las adaptaciones es basto y frondoso, permitiéndose la empresa cinematográfica el lujo de escoger aquella cosa que desee y traspasarla al mundo de los hermanos Lumière. El primero de esos frentes de batalla abarcables, es la adaptación de la serie televisiva. Muchas series de televisión que han gozado de un éxito notable, han traspasado las fronteras de la pequeña pantalla. Especial atención a aquellas de carácter infantil, traspasadas a las salas con una capacidad abrumadora. Véase un claro ejemplo en una estrenada recientemente como Phineas y Ferb: a través de la 2ª dimensión, pero hay muchos más: Bob Esponja, Rugrats, los afamados Pokémon y Digimon… Dejando a un lado el entretenimiento favorito de los más pequeños, también hay casos en los que lanzamientos televisivos para adultos han colmado la gran pantalla. Las dos películas de Sexo en Nueva York son el más claro exponente, aunque igualmente tenemos la película de Los Simpsons, Los ángeles de Charlie, South Park o Embrujada. El intercambio de contenidos no es unidireccional: en no pocas ocasiones, se han llegado a hacer producciones para televisión a partir de una película. No es una estrategia tan común como en el cine, pero también encontramos casos como la serie de Robocop, Jumanji o Ace Ventura. No obstante, insertos en este apartado, no se puede pasar por alto el legado dejado por parte de Walt Disney, especialmente en los años 90. Cualquiera de sus películas que tuviera éxito (la trampa estaba en que todas la tenían), iban directamente a la televisión con nuevas historias breves que aportar. Ariel, Hércules, Aladdín, ni siquiera el alocado Sticht se libró de protagonizar aventuras “menores”. Como representante de las películas basadas en series, aquí se puede observar el tráiler de una de ellas:




A pesar de que las series de televisión han aportado muchas y grandes ideas a las productoras, no han sido las únicas “fuentes de inspiración”. Han tenido otros afluentes de donde extraer más perfiles y relatos. Los libros, las creaciones literarias, han sido y son, sin lugar a dudas, la mayor de las vías que han tenido los directores y guionistas de crear. Los ejemplos son cientos, y dejando de lado al mago de Hogwarts y a la familia Cullen tenemos: Orgullo y prejuicio, Las Crónicas de Narnia, El perfume, La novena puerta, El nombre de la rosa, Oliver Twist…La lista podría llegar a ser interminable. 

En muchas ocasiones, gracias al traspaso audiovisual de estos libros, se ha llegado a expandir una saga antes no conocida por casi nadie. El señor de los anillos, así como la inminente El Hobbit, forman parte del ideario colectivo gracias a las películas protagonizadas por Viggo Mortensen y Elijah Wood. De no haberse llevado sus aventuras al rollo de película, ni tan siquiera la mitad de los amantes que tiene ahora dicho universo conocerían el fruto de J.R.R. Tolkien. Otro ejemplo sería el del futuro Monument 14, tímida obra que está empezando a hacerse un hueco gracias a la producción cinematográfica de la misma. En otros casos, se deciden insertar en medio de una obra de teatro en lugar de en una novela como es lo común. Un caso muy reciente de lo aquí expuesto, es la grabación de Los Miserables con Hugh Jackman al frente. O si no, siempre quedan los cómics o novelas gráficas más famosas, como Watchmen, Las Tortugas Ninja o el próximo estreno de la segunda parte de las aventuras de Lobezno. De cara al nuevo estreno de Los Miserables, aquí un adelanto.




Claro está que resulta cuanto menos cuestionable que los directores y guionistas acudan constantemente a la literatura, sobre todo, para cortar de raíz su problema con el guión.




Por si se llegara a acabar las ideas sobre qué rodar, desde los años ochenta ha llegado un nuevo producto cultural que lentamente está suponiendo otra mina a excavar, de la que sacar auténticas historias. Se tratan de los videojuegos. Las incursiones que los directores llevaron a cabo en la década de los noventa con películas como las de Street Fighter o Super Mario Bros. supusieron un fracaso de taquilla y críticas, pero eso no fue más que el comienzo de aquella unión. Más tarde, se asomarían tales cintas como la afamada y criticable Resident Evil, el action live más reciente sobre Phoenix Wright o el reciente comienzo de creación de God of War y la polémica que está trayendo el desarrollo de su guión. De nuevo, la fusión de sistemas hace que la otra parte absorba parte del discurso: los videojuegos, con cada vez más frecuencia, desarrollan historias que siguen los métodos de narración y compases de las películas. Un claro ejemplo es Heavy Rain o L.A. Noire, juegos donde más que acción directa, lo que hay que hacer es seguir las pistas ofrecidas y observar el entorno, casi como si se estuviera contemplando la última obra de Scorsese. No obstante, los traspasos de un medio a otro aún no son exageradamente altos, primero por la juventud de la fuente tecnológica, existente con una base sólida desde hace apenas 30 años, así como cierta dificultad en ocasiones para traspasar los elementos de narración del videojuego a la gran pantalla. Pese a todo, en ocasiones surgen auténticos productos cinematográficos como es el caso del tráiler de Dead Island:



Todo esto sin contar el formato cortometraje de prueba para comprobar la capacidad del motor gráfico de una consola como es la demostración de Kara. Tal envergadura ha tenido esta presentación, que ha sido preseleccionada para concursar en la categoría de Mejor Corto en la gala de los Óscar.




En otras ocasiones, poco conocidas y extendidas, la película toma como punto de referencia un propio videojuego, sin llegar a ser éste la base del argumento, pero sí su punto de partida. El máximo exponente de ello, es una película estrenada recientemente en Estados Unidos que hará lo propio en España en apenas diez días: ¡Rompe Ralph!, animación de Disney en la cual el malo de un videojuego quiere cambiar de vida y ser bueno. La historia no se centra en desarrollar un videojuego, pero sí que es la plataforma a partir de la cual se expande el argumento.

Cartel promocional de ¡Rompe Ralph! en el centro de Sevilla.

Rizando el rizo, hay un caso tremendamente especial y muy pocas veces (re)conocido, que es la triple fusión de ideas: literatura, videojuegos y cine. Un caso de relevancia sería Kill Bill, película de Tarantino basada en un libro con el esqueleto prototípico de un videojuego: empezar a derrotar al malo más sencillo, pasar de fase e ir a por el más difícil, para derrotar finalmente a Bill, el más malo de los enemigos. Todo ello con el humor “especial” de dicho director. Una película, para muchos ya de culto apenas habiendo pasado dos años desde su estreno, es Scott Pilgrim Contra el Mundo. Peculiar cómic de Bryan Lee O´Malley, con estructura ya de por sí de videojuego, donde el protagonista se ha de derrotar a sietes malvados exnovios para lograr estar con su amada. Un esquema que sigue todo lo impuesto por los videojuegos más clásicos. Su traspaso a la gran pantalla es, si cabe, aún más delirante que el propio tebeo, pues los efectos especiales y sonoros ayudan aún más a darle ese aire de videojuego hecho con personas reales que pretende ser.



Resulta totalmente sorprendente la cantidad de productos culturales que trabajan para que el cine se establezca en el ideario social aún más de lo que ya lo ha hecho en el último siglo. Muchísimos son los títulos que aparecen en cartelera que, pensando que se tratan de estrenos genuinos, acudimos a visionarlos con total esperanza en algo nuevo. A veces, lo que no sabemos, es que ese nombre tiene mucha historia por detrás. Historia ya disfrutada por muchas personas anteriormente. Sólo que en otro formato. El cine forma parte directa de nuestras vidas, de una forma...o de otra.

Cartel de Capitán América usado con motivos promocionales en una tienda de pinturas.



Fuentes:

- http://www.3djuegos.com/noticias-ver/110778/el-productor-del-film-de-prince-of-persia-cine-y/

-http://www.3djuegos.com/noticias-ver/114978/hollywood-confiesa-usar-los-videojuegos-como-plataforma-de/

- http://www.elseptimoarte.net/-the-hobbit--recauda-13-millones-en-la-media-noche-16369.html

-http://www.todomusicales.com/content/content/4244/la-pelicula-los-miserables-consigue-cuatro-nominaciones-a-los-globos-de-oro-2013/

- http://www.3djuegos.com/noticias-ver/126567/god-of-war-la-pelicula-los-guionistas-de-las-ultimas/

- Tráiler de Los Simpsons extraído de Youtube, canal FilmTeaser

- Tráiler de Los Miserables extraído de Youtube, canal UniversalSpain

-  Tráiler de Dead Island extraído de Youtube, canal IGNentertainment

- Tráiler de Kara extraído de Youtube, canal GameLiveTV

- Tráiler de Scott Pilgrim VS. el mundo extraído de Youtube, canal trailersyestrenos

- Francisco Ortiz, bibliotecario de la Facultad de Comunicación.

- Audio y fotos realizados por Salvador Belizón Campaña

No hay comentarios:

Publicar un comentario