No pocas veces se ha comentado al respecto del peyorativo estado y estima que se tiene de cara a los cortometrajes, especialmente si son comparados con sus “hermanos mayores”. En una enorme cantidad de ocasiones, se ha dejado de visionar este producto audiovisual al tratarse de un género “menor” con respecto al máximo representante que se supone es el largometraje.
Al disponer de un menor tiempo
para desarrollar la historia que quiere ofrecer (después de todo, los
cortometrajes no deben superar los 20-30 minutos de duración) se les consideran
menos hábiles para mostrar expresiones, enseñar y desarrollar un universo en
concreto que sería el mostrado en la creación fílmica, así como un largo
listado de aspectos que se cuestionan a este producto de dimensiones temporales
reducido.
Por otro lado, un largometraje es
muy difícil que pueda ser llevado a cabo por un director amateur, por el
presupuesto que supone llevar un trabajo de tales magnitudes, el equipo técnico
y demás elementos citados en entradas anteriores. Un cortometraje resulta mucho
más práctico y accesible para cualquier persona que quiera iniciarse de un modo
u otro a la filmación. No requiere prácticamente de conocimientos ni dotes
previas adquiridas: tan sólo una cámara y un par de amigos bastan para realizar
un corto. Claro está, ello supone una reducción en la calidad de lo ejecutado:
si cualquier persona sin entender de planos ni otros elementos graba un
cortometraje, el resultado final probablemente no sea digno de ser mostrado
ante un gran público. De ahí que se le tenga peor estima aún, si cabe, a estos
pequeños guiños de la dirección cinematográfica.
Pero en el campo del corto no
todo está perdido. Precisamente ahora, con la crisis económica y la
imposibilidad consecuente de llevarse a cabo grandes proyectos, es cuando más
está surgiendo esta vertiente del cine, cuando más personas se embarcan en esta
aventura cinematográfica. Palpable y comprobable resulta
esta situación al contemplar como con una continua asiduidad se convocan
festivales y nuevos premios dirigidos exclusivamente a los cortos. Incluso hay páginas web y blogs dedicadas exclusivamente a este tipo de cine.
Un ejemplo de estos, es el I
Festival Digital de Cortometrajes sobre Derechos Humanos y Spot Publicitarios
convocado por Amnistía Internacional en Canarias, que tiene como fecha límite
de entre de los trabajos el 28 de febrero del próximo año. Como suele ser
cotidiano en estos certámenes, siempre hay unas bases y requisitos a cumplir. En
este caso, no deben los cortos enviados superar los 10 minutos de duración,
debiéndose también hacer alusión a la declaración de los Derechos Humanos y ser
rodado allí con motivo del festival. El premio consta de 600 euros para el
proyecto ganador, así como dos accésits de 200 euros cada uno.
Los premios de los cortometrajes,
normalmente no suelen sobrepasar los 1000 euros. Se trata de pequeñas
recompensas más que de aportaciones económicas sustanciales, lo relevante es
que el director y actores que han realizado la producción se hagan un hueco en
el mundillo y con un cierto renombre.
Por otro lado, un importante
festival que acoge cortos entre sus brazos es el Internacional de Gijón, donde
estos tienen una sección oficial para ellos mismos. En esa línea, el ya citado
Sevilla Festival de Cine Europeo también contaba con una rama dedicada a la
proyección conjunta de varios cortos aglutinados, en especial en su sección de
Panorama Andaluz. La comunidad de Barcelona también hace un hueco a eventos de
la misma talla para el año 2013 con su festival “Mecal”.
Aunque no a título exclusivo como
el canario, el festival de Bilbao abrió su convocatoria el pasado miércoles
para aceptar tanto largometrajes como cortometrajes. El FANT (o Festival de
Cine Fantástico) que tendrá lugar, nuevamente, en Mayo de 2013.
Todo esto se puede resumir y
traducir en una máxima: el cortometraje, lejos de morir, está encontrando ahora
mismo su máxima esplendor en concursos y erigiéndose como trinchera para
aquellos cinéfilos que desean iniciarse pero no pueden, por cuestiones varias,
hacer películas largas. Tenga mayor o menos acogida por parte del público, los cortos tienen un futuro muy extenso por delante.
Fuentes:
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